Como un niño
Tu Devocional
060113
“Así
que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de
los cielos”. (Mateo 18:4 VRV)
Amados Hermanos y
Amigos:
Les comparto este mensaje que alguien de ustedes nos envió. Espero lo disfruten.
Una lindura imagen de inocencia de 6 años estaba con su mamá “en el super”.
Afuera caía un diluvio. Amontonados esperábamos que pasara para salir.
Esperamos, unos pacientemente, otros
irritados porque la naturaleza alteraba sus planes. Yo siempre disfruto la
lluvia, ante la vista del cielo ocupado en lavar la mugre y el polvo del mundo. Las memorias parecen correr
con el sonido de la lluvia.
La vocecita tan dulce se escuchó y rompió el trance
hipnótico en que nos encontrábamos: “Mamy, vamos a correr en la lluvia” ¿Qué?
dijo mamá. “Vamos a correr en la lluvia”,
repitió.
“No
linda”, vamos a esperar a que se calme”, dijo mamá. La niña esperó todo un
minuto antes de insistir “Mamá, vamos a correr en la lluvia”. “Nos vamos a
empapar”, dijo mamá.
“No es eso lo que dijiste esta mañana, mami”. ¿Esta mañana. Cuando dije que no nos empaparíamos con la lluvia?
“No es eso lo que dijiste esta mañana, mami”. ¿Esta mañana. Cuando dije que no nos empaparíamos con la lluvia?
¿No te acuerdas? Cuando hablabas con papá en el hospital,
dijiste: “Si Dios nos saca de esto El puede sacarnos de cualquier cosa”
Todos
en silencio. No se escuchaba nada más
que la lluvia. Mamá callada. Era un
momento de afirmación en la vida de una niña. Un momento cuando la confianza
inocente puede nutrirse para que florezca en fe.
“Mi amor, estás en lo cierto. Vamos a correr en la lluvia. Si Dios nos moja es que a lo mejor necesitamos una lavadita”, dijo mamá.
“Mi amor, estás en lo cierto. Vamos a correr en la lluvia. Si Dios nos moja es que a lo mejor necesitamos una lavadita”, dijo mamá.
Y allá van. Los demás nos quedamos
viendo mientras brincaban los charcos y
evitaban los carros. Se empaparon. Las siguieron algunos con gritos y risas
mientras corrían bajo la lluvia.
Necesitaban una lavadita.
Las circunstancias pueden quitarte tus bienes materiales; pueden quitarte tu dinero y hasta tu salud. Pero nadie puede quitarte tus preciosos recuerdos. “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”. (Eclesiastés 3:1)
Las circunstancias pueden quitarte tus bienes materiales; pueden quitarte tu dinero y hasta tu salud. Pero nadie puede quitarte tus preciosos recuerdos. “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”. (Eclesiastés 3:1)
Dicen que toma un minuto encontrar a una
persona especial, una hora para apreciarla, un día para amarla y luego una vida
entera para olvidarla. Tómense el tiempo
para comunicarse unos con otros. Nunca sabes cuando van a necesitarse. No olviden
“correr en la lluvia”. Amen. Bob Perks
Dios Nos Bendiga
Dios Nos Bendiga
H. Ignacio Uranga
Tu Devocional Diario es enviado por: Ministerio Internacional de
Divulgación.
Correo Electrónico: minintdiv@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario